Riachuelo.
Tomar conciencia de los problemas es el principio de la solución.
En numerosos casos, la solución a éstos, está en pequeños actos simples y concretos que posiblemente no alcancen a solucionar la totalidad de los mismos, pero si la mayor parte. Lógicamente, que por su simpleza y sus costos insignificantes, no lo hacen atractivo al apetito del funcionario actuante. Hay poco o nada para repartir.
En numerosos casos, la solución debe efectuarse en forma parcializada, tomando como base real el mal mayor dentro del sistema.
Se habla de la contaminación de nuestra cloaca - al aire libre - denominado Riachuelo y sus afluentes. Todos coinciden en sus análisis primarios y secundarios, estatales y privados, funcionarios de cualquier color político, organizaciones sociales, barriales y del medio ambiente.
El diagnóstico es veraz: El RIACHUELO ESTA CONTAMINADO.
El ciudadano común que escucha este diagnóstico se encuentra, ante sus reclamos, con informes, estudios, estadísticas, consejos médicos y promesas de la posible realización de obras, que casi siempre son inexistentes y/o inconclusas. Y así pasa el tiempo.
Por lo tanto, el pensamiento general, es razonar que el problema no tiene solución.
Desde un punto de vista genérico, podríamos decir que la contaminación se considera un delito al seno de la sociedad. Aquellos implicados, por negligencia, impericia, imprudencia y/o actos responsables de la contaminación, deberían ser sancionados o impedidos en seguir alimentando su accionar. Por lo que vemos, esto es imposible.
Por lo tanto - ante esta imposibilidad - debemos cambiar el ángulo del problema. Está contaminado y seguirá contaminado.
Aunque el problema es grave y parecería insoluble, desde el punto de vista técnico existen soluciones parciales.
El espejo de agua, no existe como tal. Está ampliamente contaminado por indeseables que degradan los substratos produciendo olores fétidos al sistema aéreo, que acompañados de proteínas aromáticas pululan conjuntamente con microorganismos patógenos, productores de diversas enfermedades.
Esta contaminación está instalada en toda la masa acuosa, pero su desprendimiento patogénico se advierte en la zona superficial de la cloaca y sus gases en el medio ambiente.
Además, el lecho -llamado barro- se encuentra contaminado por elementos minerales que por su mayor peso se depositan en su fondo.
Por lo tanto, a simple vista, tenemos dos problemas: uno aéreo y otro de profundidad.
El problema aéreo - olores y traspaso de microorganismos al aire - es de mayor patogeneidad, que el del barro contaminado por elementos tóxicos; por lo tanto podríamos empezar a trabajar sobre este problema. Destruir los olores indeseables conjuntamente con su flora microbiana.
Con esto disminuiríamos parcial o totalmente los olores y los agentes microbiológicos dañinos. Dado que la contaminación seguirá su curso normal, es decir los generadores de contaminantes seguirán arrojando sus deshechos al río, se debería hacer un tratamiento continuo de descontaminación general al sistema. Esto indica, que ante la imposibilidad de parar la contaminación, se debería descontaminar continuamente.
Si analizamos el primer problema, los efectos del mismo -olores y microorganismos- que son de carácter físico-químico nos indican falta de oxígeno y por ende su factor oxidante.
Conociendo su causa y efectos, la incorporación de algún elemento de características oxigenativas y oxidativas, solucionaría parcialmente el problema.
La inyección superficial del gas ozono - como agente activo - sería el principio de la solución.
Como se podría efectuar esta mezcla?. Pequeñas embarcaciones, a las cuales le serían instaladas generadores de ozono inyectarían- por medio de difusores- la cantidad necesaria de este elemento - Peróxido de Oxígeno - a la superficie del sistema acuoso. Lógicamente, este proceso debe ser constante y realizado por varias embarcaciones.
En muy pocos días los olores y microorganismos habrían desaparecido parcialmente, hasta su eliminación total.
Su costo es insignificante, en relación a valores que estamos acostumbrados a oir.
Nuestra ONG, visitó oportunamente a funcionarios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Corporación del Sur, emitió notas a diversos organismos, públicos y/o privados, efectuó conferencias sobre este tema - desde un punto de vista técnico realizable -, no habiendo tenido eco a nuestras propuestas.
Hoy, nuevamente, nos ponemos a disposición de aquellos que por su responsabilidad, voluntad y/o deseo de solidaridad a la sociedad en general, deseen profundizar en el conocimiento de esta técnica de aplicación.
Atentamente,
Francisco C. Bacchetta Vicep.
Asociación Argentina del Ozono
Buenos Aires, 23 de mayo de 2006